
El Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Al Señor le gustan los pobres en espíritu, así como aprueba y bendice a los pobres en espíritu, y sólo ellos pueden entrar en el reino de los cielos. Todos esperamos llegar a ser personas pobres de espíritu, pero ¿qué clase de personas son pobres en espíritu? El autor de este artículo explora esta pregunta y recibe respuestas.
En la Sociedad
Más¿Qué me permite recuperar una vida feliz?